Si hay una leche que está “in”, es la leche de almendra. Nosotrxs la elaboramos con menos frecuencia que otras, por varias razones que abundaremos más en próximos artículos, pero sabemos que es la predilecta para muchas personas, ¡y no es por menos!, ciertamente esta llenita de nutrientes que favorecen el bienestar.
¿Pero, ¿alguna vez te has detenido a leer su valor nutricional?
Sin duda alguna, verás que en nada se compara a comer la almendra en su estado integral. La relación nutritiva es de 1:6 entre consumir la leche comercial de almendra vs. la almendra integral.
¿Sabías que la leche comercial de almendra sólo contiene un 2% de almendras? Estas se diluyen con agua para producir mayor cantidad. Además, su alto procesamiento reduce nutrientes esenciales como las grasas, fibra, vitaminas y minerales.
No es sólo almendra lo que estás ingiriendo
Desde 1970 se han introducido más de 77,00 químicos al ambiente, lo que representa una gran amenaza a la salud. Con el aumento en la demanda de la leche de almendra en los últimos años, han surgido muchas empresas agrícolas dedicadas a su producción masiva.
Una gran cantidad de pesticidas son usados para mantener estos los monocultivos de almendras, los cuales llegan a tu hogar en sus diversos productos.
Al ingerir alimentos cargados con toxinas nocivas, estas eventualmente se van depositando en el cuerpo, creando problemas de salud. Por eso, asegúrate de seleccionar y consumir almendras orgánicas.
Por otro lado, en los Estados Unidos, la leche comercial se fortifica con ingredientes químicos para añadir valor nutricional y pasa por un proceso de pasteurización que elimina las valiosas enzimas y fitonutrientes que le otorgan la vida y sus propiedades alcalinas.
Ingredientes como estabilizadores y gomas espesantes compensan la consistencia aguada (al haberse diluído) y alteran su sabor natural.
Es impresionante la cantidad de vitaminas y minerales que son añadidos a estos productos, alterando completamente su composición original, en un intento de emular la leche de vaca. Al final, lo menos que estás consumiendo es leche de almendras.
Por estas razones, queremos inspirarte en hacer tu leche de almendras en casa y disfrutar del sabor y las bondades que favorecen tu salud.
Beneficios de esta receta:
Almendras: Esta proteína grasa aporta a la salud de la piel por su alto contenido en vitamina E. Su excelente aportación de magnesio apoya la salud del ciclo menstrual y la relajación muscular. La combinación de cobre y hierro apoyan al cuerpo a crear células rojas, fortaleciendo el sistema inmune.
Pecans – Su aporte de grasa esenciales mantienen la funciones del cerebro saludables. La gran cantidad de flavonoides, que sobrepasa las de otras nueces, te protege de la oxidación celular y la inflamación.
Dátiles – La propiedad demulcente de esta fruta suaviza el tejido interno y su aportación de fibra soluble e insoluble permite el tránsito y limpieza de los intestinos, mientras apoya a mantener saludable tu microflora.
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