Nos molestan ciertos líderes. Líderes que, habiendo buenas iniciativas y gente comprometida, eligen incentivar la corrupción del sistema y no trabajar para el bien común.
Gandhi en su momento entendió, “Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a tí mismo.”, dijo.
Puede ser frustrante ver el panorama sistémico y molestarnos con cómo se está dirigiendo el país. Los resultados no son alentadores a simple vista, son los signos de un sistema enfermo por las décadas de pobres decisiones sin cuidar su efecto a largo plazo. ¿Qué nos quizo decir Gandhi, un ser humano que logró influenciar grandes transformaciones políticas en su país?
Así como en la sociedad hay diversos agentes con sus agendas e intenciones, algunas más saludables que otras; dentro de tu cuerpo hay diversos agentes también, pensamientos, decisiones alimentarias, hábitos, bacterias… y algunos fomentan más la salud que otros; pero el poder se lo das tú.
¿Te has preguntado qué tipo de líder estás siendo contigo, con tu cuerpo?
Creo que hay una correlación directa entre dirigir un cuerpo y dirigir un país, lo único que cambia es la escala. La forma de transformar y crear cambios a gran escala comienza con lograrlos en tu primer territorio, tu cuerpo; y en la vida que ocurre dentro de las paredes de tu hogar.
¿Eres el tipo de líder que toma acciones que fomentan la corrupción y el desequilibrio de su salud y sus relaciones? ¿O que crea salud y armonía con sus decisiones día a día?
Son las acciones “que nadie ve”, las que son tu mayor aportación a la humanidad. Porque lo único que potencia una acción que tomas calladamente por tu bienestar, es puro amor; y amor es justo lo que necesitamos.
Cuando el amor está encendido en los lugares profundos de muchas almas, la paz y el bienestar global son su espontáneo reflejo.
No es de extrañar que en su autobiografía “La Historia de mis Experimentos con la Verdad” , Gandhi relata cómo la alimentación y su compromiso con un estilo de vida saludable fueron el fundamento para cambiar un país. Cuando tenemos como resultado el equilibrio, la salud y el bienestar en nuestra vida, podemos comenzar a influenciar sustancialmente lo que nos rodea. Cualquier otro esfuerzo que no tenga correlación con las escalas más simples y cotidianas de la vida carecerá de la profundidad de integridad que potencia el impacto trascendente.
A mí no me alarman tanto las cosas que están ocurriendo en la política, porque me alarman más profundamente las cosas que están pasando en las mentes, los cuerpos y los hogares que conforman la sociedad. Lo que pasa en la política es sólo un efecto del problema, pero no es el verdadero problema. El problema, si alguno, está en nuestras manos alimentarlo o solucionarlo, día a día; un paso a la vez, un bocado a la vez, un pensamiento a la vez…
“Sé el cambio que deseas ver en el mundo” –Gandhi.